Sacudió muchas pautas de la política oficial de Polonia y dio obras esenciales como "Kanal. La patrulla de la muerte" y "Cenizas y diamantes".
El cineasta polaco Andrzej Wajda, tal vez el más importante en la historia de su país, falleció ayer en Varsovia a la edad de 90 años, en los que sacudió muchas pautas de la política oficial de aquella nación y dio obras esenciales como “Kanal. La patrulla de la muerte” (1956) y “Cenizas y diamantes” (1958), en la que incorporó a Zbigniew Cybulski como su actor icónico.
La figura de Cybulski, muerto prematuramente en 1967, a los 40 años, fue central en los primeros tramos de la carrera de Wajda, no sólo porque su atractivo físico y actoral le habían ganado el apelativo de “James Dean polaco”, sino porque lo envolvía un halo de disconformismo que representaba al mismísimo director y que lo acompañó durante toda su vida.
Según la prensa de su país, el deceso de Wajda se debió a una insuficiencia pulmonar, y los muchos años en los que vivió y sobrevivió a la Polonia manejada por la ex Unión Soviética no hicieron mella en su ética detrás de las cámaras.
Wajda era un gran apasionado de la historia de Polonia y está considerado uno de los cineastas polacos de mayor influencia y líder indiscutito de la llamada “escuela de cine polaca”, fundada en la década de 1950.
Uno de los inconvenientes que acarrean los cables generados por agencias o periódicos extranjeros, mayormente españoles, es que no reflejan los títulos con que se conocieron muchas películas en las salas comerciales argentinas, incluidas las de Wajda.
“Generación”, su primer filme, de 1955, se llamó así en la Argentina y otros países latinoamericanos, pero “Kanal” fue promocionada como “La patrulla de la muerte” y “Lotna” (1959) fue “La flecha blanca”, “Niewinni czarodzieje” (1960) no tuvo traducción porque nunca se estrenó aquí y “Sibirska Ledi Magbet” (1962) fue “Lady Macbeth en Siberia” y no “Obsesión cruel”, “Polowanie na muchy” (1973) fue “La boda”, “Pierscionek z orlem w koronie” (1993) se tituló “Anillo del águila con corona” y “Ziemia obiecana” (1975), se tituló en la Argentina “La tierra prometida” y no “La tierra de la gran promesa”.
El último estreno local del cineasta fue “Katyn” (2007), sin traducción, que memora la masacre ocurrida en ese pueblo polaco en 1940, en la que fueron asesinados más de 20.000 personas y en la que nazis y soviéticos se echaron mutuamente las culpas.